EL PINTOR Y
NOTRE-DAME
(Un relato de ficción, o no, parido por la mente
calenturienta de Javier Barragán).
La mañana en París se presenta agradable y soleada, Cesser
cruza lentamente el Pont Saint-Michel camino de la Isla de la Cité, al llegar
al final del puente busca un lugar a la sombra de algún viejo y frondoso árbol,
abre la ajada silla de tijera y un pequeño taburete, despliega el caballete
sobre el que apoya un tablero de contrachapado, abre el pequeño maletín con
barritas de pinturas al pastel, deja
recostada sobre una pata del trípode la carpeta de cartón con una docena de
pliegos de papel de tina Ingres y cuelga sobre el respaldo de la silla un
cartel que dice... “Des portraits au pastel sont peints. Prix 20 euros. Vous ne
payez que si vous êtes satisfait. (Se pintan retratos al pastel. Precio 20
euros. Solo pagas si quedas satisfecho) luego se sienta a esperar como cada día
desde hace un mes la llegada de los turistas.
Apenas han pasado cuarenta minutos cuando un numeroso grupo
de turista se acerca, no dicen nada, curiosean el montaje de Cesser y se van
alejando lentamente en animada charla.
De pronto una mujer de unos treinta años se para, da la
vuelta y desandando los pocos pasos que la separan de Cesser le dice en un
forzado francés…Bonjour, ¿Tu peux me donner un portrait? (Buenos días ¿Puedes
pintarme un retrato?) Cesser sonríe y responde en un perfecto castellano, claro
que puedo, para eso estoy aquí, la mujer exclama sorprendida ¡Eres español! No,
soy francés, responde Cesser, pero mis padres si eran españoles, emigraron a
principio de los años sesenta desde un pequeño pueblo de Extremadura y en casa
siempre se hablaba español. Pero siéntate por favor y comienzo el trabajo.
Cesser comienza a encajar en el papel el rostro de la mujer,
mientras ella desde su posición sentada en la silla puede contemplar a lo lejos
los ennegrecidos muros por el humo de la que hasta hace apenas un mes era una
de las catedrales más bellas del mundo.
Mujer.- El incendio de Notre-Dame es una auténtica
catástrofe, una inmensa tragedia, que tristeza da al ver esos muros quemados.
Cesser.- Sí, es muy triste, son más de 800 años de historia,
en Notre-Dame se beatificó a Juana de Arco, se coronó a Napoleón, Notre-Dame
resistió a Hitler y en ella se celebró la victoria de la segunda guerra mundial,
Notre-Dame es mucho más que una iglesia, forma parte de la esencia de París, es
París.
Mujer. - Estoy de acuerdo, por eso me cuesta tanto entender
que tanta gente se muestre en contra de su reconstrucción, que tanta gente
critique tan duramente que se haya recaudado en menos de una semana más de mil
millones de euros, deberían sentirse orgullosos, pero están indignados, no lo
comprendo.
Cesser.- Como yo me encuentro entre esos críticos e
indignados tendré que intentar explicártelo.
Primero tienes que saber que esas donaciones no saldrán
gratis a Francia, nosotros la llamamos “generosidad selectiva” Esos supuestos “generosos
mecenas” contaran con una exención tributaria del 60% ¿Y quién tendrá que hacer
frente al agujero producido en las cuentas del estado? Todos los
contribuyentes, todos menos los “donantes” que serán los únicos beneficiados,
nosotros decimos que si esa casta privilegiada quiere ser realmente solidaria
con el pueblo francés lo que tiene que hacer es dejarse de donativos y pagar
todos sus impuestos en Francia, dejar de practicar la evasión fiscal mediante
complicadas tramas de ingeniería fiscal y movimientos de capital en paraísos
fiscales.
Pero pasemos a los datos objetivos: El señor Bernad Arnault presidente
de LVMH firma que cuenta entre otras empresas con Louis Vuitton,Cristian Dior,
Moët, Tag Hever o Givenchi, este personaje
que cuenta con una pequeña fortuna valorada en 90.400 millones de euros
de nada, que es considerado el hombre
más rico de Europa, en 2012 solicito la ciudadanía Velga por creer que en
Francia, su país, se pagaban muchos impuestos, parece ser que a un individuo de
catadura moral tan dudosa debemos considerarle ciudadano ejemplar, y un
sensible mecenas amante de la cultura y su país.
Muy por el contrario, al representante de la fundación
católica Abeé Pierre de ayuda a los sin techo, hay que marcarle a fuego, por
inculto, patán y egoísta por atreverse a decir en público que “con un 1% de los
mil millones recaudados para la reconstrucción de Notre-Dame bastaría para aliviar gran parte de el trabajo de su organización” y recordar que en los
últimos años las ONG sociales han soportado una gran merma en sus ingresos.
Y que decir de la petrolera Total, famosa por destruir el
arte más bello jamás imaginado por el hombre, hablo del arte creado por la
naturaleza. O los directivos de la compañía aseguradora Groupama, que sin
pensarlo ni un poquito han decidido donar 13.000 robles de los bosques de
Normandía para la reconstrucción del tejado de la catedral ¡Que le den al
bosque! Lo importante es el arte, la historia y la cultura. Aplaudamos sin
fisuras tamaño derroche de inteligencia.
Y ya puestos en un alarde de hipocresía absoluta y
nuevamente de "solidaridad selectiva" condenemos al olvido a esa “niñata, burra,
cazurra e ignorante que falta a clase” llamada Greta Thunbeg, por pasarse el
día entero tuiteando cosas como “Profundamente triste por Notre-Dame, pero
conmocionada por la hipocresía de la humanidad. Destruimos más de 150 acres de
bosque tropical cada minuto y no lo pensamos dos veces, pero caemos en el luto
por la pérdida de un edificio”
También se supone que tenemos que aplaudir al arzobispo de
Nueva York cuando su Excelencia Reverendísima suelta por su santísima boquita “Los
pobres tienen derecho a disfrutar de la belleza de su iglesia, no cobramos a la
gente para entrar en Notre-Dame” y no podemos decirle que o es muy tonto y muy
ignorante, o lo disimula muy bien, pues de todos es sabido que el propietario
de la catedral es el pueblo de Francia y por lo tanto no podría cobrar aunque
quisiera, como ya hacen en multitud de otras iglesias y catedrales que si son
de su propiedad.
Es curioso que la Iglesia Católica no ha informado de cuánto
dinero va a aportar para la reconstrucción ¡Silencio absoluto!
Después de aplaudir al arzobispo seguramente que lo que
gustaría a los que nos critican es que pidiéramos a gritos la excomunión de esa
“diabólica” monja llamada Sor Lucía Caran, que ha dedicado y dedica su vida a
ayudar a los más pobres de los pobres, por decir “Gran perdida, Notre-Dame arde
en llamas y no hablamos de las piedras vivas del templo de la humanidad,
personas que mueren en nuestros mares y eso no es una catástrofe”
Mención aparte merece el Banco Central Europeo, el mismo que
lleva años pidiendo austeridad y recortes en sanidad, salarios, pensiones y
derechos sociales, que se ha comprometido a aportar una suculenta cantidad.
O Antonio Tajani, presidente de La Euro Cámara, la misma que
no ve, no habla y no oye cuando se trata del drama humanitario que sucede a
diario en las costas de España, Grecia o Italia, en el colmo del cinismo más
repulsivo y la doble moral más asquerosa, pide a los diputados que donen un mes
de sueldo y pone una caja en el hemiciclo para recibir los donativos. O el
presidente del Consejo Europeo, que apoya la petición.
No creo que haya un solo francés que no quiera reconstruir
Notre-Dame, yo quiero reconstruir Notre-Dame, pero me niego que la misma sirva
para lavar las conciencias de personajes sin conciencia y que se presenten como
grandes filántropos, mecenas amantes de la cultura y el arte, porque no lo son,
para ellos solo existen las cuentas de resultados de sus no siempre
transparentes negocios.
Bueno… tu retrato está terminado, puedes verlo, y recuerda
que si no te gusta no lo pagas y tan amigos.
Mujer. - Es precioso, me gusta mucho. Cuando vuelva a España
tengo que hacer dos cosas, primero los 100 euros que tenia pensado donar para
la reconstrucción de la catedral voy a ingresarlos en la cuenta de Sor Lucía
Caran, seguro que ella sabe emplearlos bien y lo segundo enmarcar tu trabajo y
colgarlo en el salón de mi casa.
Tengo que marcharme, gracias por esta charla tan
clarificadora, pero mis amigos deben pensar que me han secuestrado, jajajaja, adiós.
Cesser sonríe y con un gesto de su mano dice adieu,
lentamente recoge y vuelve a cruzar en el sentido contrario que lo hizo por la
mañana el Pont Saint-Michel camino del aparcamiento donde dejó su vieja
furgoneta, abre el portón trasero y guarda con cuidado sus herramientas de
trabajo.
A lo lejos por el boulevard Saint Michel se ve aproximarse
una gran masa de personas que visten chalecos amarillos y portan pancartas con
diversas frases, Cesser abre la guantera saca su chaleco y se lo pone, espera
paciente la llegada de la manifestación y se une a ella, a su lado el artista,
poeta y activista Jean-Baptista Michel Rede sujeta una pancarta en la que
claramente puede leerse:
“MIL MILLONES PARA NOTRE-DAME… ¿Y LOS POBRES? QUEREMOS LO
MISMO PARA LOS DISCAPACITADOS, LOS POBRES Y LA TRANSICIÓN ECOLOGICA”.
Buena historia para complementar ese foto del pintor, que se gana la vida haciendo retrato a los turistas. Él gracias a su trabajo, puede conocer un sin fin de personas y un sin fin de historias.
ResponderEliminarBesos
Preciosa foto y muy bueno el texto.
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