LA PREGUNTA
Hijo. – ¿Papa, la semántica es importante?
Padre. – Si hijo, la semántica es muy importante.
Hijo. – ¿Por qué?
Padre. – La semántica es importante, entre otras muchas cosas, porque no siempre todo se limita a una mera cuestión semántica.
Hijo. – Que lío papa, puedes ponerme un ejemplo.
Padre. – Si claro que puedo, no es lo mismo llamar a la
violencia contra las mujeres violencia machista, que violencia intrafamiliar.
Hijo. – ¿Por qué?
Padre. – Porque con el uso de la segunda se pretende ocultar
y negar la existencia de la primera.
Hijo. – Creo que lo he entendido, por el mismo motivo no es
lo mismo decir que un partido político es de derechas, que decir que ese mismo
partido político es fascista.
Padre. – Efectivamente, se parece mucho pero no es lo mismo.
Eres muy listo, creo que ya estas preparado para leer y entender este poema.
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí,
no había nadie más que pudiera protestar.
(Martin Niemöller)