(Fred Mc Cullin)
Como hoy día 5 de junio parece ser el Día Internacional
del Medio Ambiente y pese a ser yo un urbanita nacido y criado en una gran metrópoli,
tomo la arriesgada decisión de celebrar dicho día saliendo a dar en paseo por
el campo. Solo espero que mis pulmones acostumbrados desde la niñez a respirar
el humo procedente de las chimeneas de calefacciones, tubos de escape de automóviles
y otros ingenios humanos no sufran un colapso al recibir una sobredosis de aire
casi puro y tengamos un disgusto.
Dicho y hecho, me calzo mis botas, meto en el macuto un
bocadillo, una cantimplora con agua y busco una cámara pequeña de poco peso, hoy (aunque no es lo mío) en lugar de edificios voy a fotografiar paisajes, estoy excitado y nervioso, me siento como el Ansel Adams de Getafe.
Comienza el paseo
Estoy gratamente sorprendido, esta ruta no solamente es un
regalo para los sentidos, además está resultando muy didáctica y educativa,
puedes aprender a esconder un cuerpo…
Comienza el paseo
Esto empieza muy bien, me encanta que exista gente tan
considerada y amable, es todo un detalle haber alfombrado el camino.
El paisaje que me rodea es de una belleza sublime, contemplar
tanta grandeza emociona, siento la necesidad de inmortalizarlo y hago una
fotografía.
Ya llevo varios kilómetros andando y como no estoy
acostumbrado a semejante trajín empiezo a estar un poco cansado, doy las
gracias al alma caritativa que ha tenido a bien colocar un sofá al borde del
camino.
…O practicar un descuartizamiento.
Paro en un área de descanso para comerme el bocata y
aprovecho el colchón que un buen ciudadano a dejado para disfrutar de una pequeña
siesta.
Se me había pasado comentar que durante todo el camino se
pueden encontrar toda clase de botes, latas, botellas y demás envases que se
pueda imaginar.
Siento que se acerca el final de esta jornada que he pasado en
contacto con la naturaleza, giro la cabeza para llevarme en mi retina y en mi cámara
la imagen de los campos sembrados de trigo que se pierden en el horizonte.
Este ha sido un paseo inolvidable, una experiencia que sin
temor a resultar exagerado calificaría de ¡UNA EXPERIENCIA DE MUERTE!
Claro que como urbanita que soy me veo en la obligación de
señalar que no solo en el campo hay belleza, en las ciudades también, solo hay
que saber donde mirar.
PD. He disfrutado mucho de este Día Internacional del Medio
Ambiente, pero por favor el año que viene con un poquito de ayuda de todos no puede
ser el Día Internacional del Ambiente Entero.
Gracias.
Me gusta tu ironía al mostrar las agresiones que es capaz de hacer el género humano con el medio ambiente....estos atentados contra la Naturaleza, ya han traído sus consecuencias.
ResponderEliminarBesos
Y aún no nos da vergüenza que se nos catalogue como civilizados? Hemos perdido la noción de que vivimos en un lugar y de que tenemos la obligación ineludible de cuidarlo si no queremos poner fin a todo esto que nos rodea y que nos da la vida. Una verdadera lastima. Un abrazo Javier.
ResponderEliminarIronía en tus palabras y también en tus fotografías. Un llamativo reportaje con un mensaje claro, conciso y concreto.
ResponderEliminarUn abrazo,
Que vergüenza de nosotros mismos :(
ResponderEliminar"Así nos luce el pelo". Cuando aprendamos a cuidar lo que tenemos seremos una sociedad civilizada.
ResponderEliminarUn saludo.